LA GEOLOGÍA DEL CALERIZO: DETERMINANTE EN LA HISTORIA Y EL AGUA DE CÁCERES

LA GEOLOGÍA DEL CALERIZO: DETERMINANTE EN LA HISTORIA Y EL AGUA DE CÁCERES

Cáceres es una ciudad con mucho encanto y para conocerla, hay que entender por qué está emplazada en un lugar sin río. ¿Por qué está Cáceres asentada en este espacio? La respuesta es muy sencilla: por la geología del terreno y su Calerizo.

Para comprender el pasado, presente e incluso el futuro de la ciudad, hay que entender su forma geológica. Cáceres está donde está y su entorno que tiene la forma que tiene, gracias al sinclinal, que es un pliegue de estratos en forma de “U”, que horizontalmente tiene forma de herradura doble y en el que asoman a la superficie las cresta de esa “U”.

Posee rocas calcáreas en el en el interior del sinclinal, formando un gran colador en la superficie y depósito de agua subterránea. Los cacereños y cacereñas denominan a este espacio El Calerizo y la ciudad ha podido abastecerse de este líquido tan importante para la vida gracias a él. Además, hay que tener en cuenta que geográficamente entre las cuencas fluviales del Tajo y el Guadiana, es muy probable que no haya agua limpia corriente permanentemente, sólo la hay en Cáceres.

Con una extensión aproximada de unos 14 km2, El Calerizo de Cáceres es uno de los acuíferos kársticos de mayor entidad de Extremadura que puede almacenar hasta 3 Hm3/año, en años de pluviometría media. El abundante caudal de la Fuente del Rey o Charca del Marco, proceden de las aguas subterráneas de El Calerizo y llega allí a través de un sifón natural. Gracias a la continua corriente de agua del arroyo de la Ribera del Marco y sus 7 km de longitud, distintas culturas decidieron asentarse junto a ella.

El Calerizo y su Ribera ha sido el motor de todo y, desde la prehistoria y más concretamente hace 800.000 años, los primeros pobladores decidieron quedarse en este espacio, donde consiguieron cobijarse gracias a las cuevas calcáreas de Maltravieso, Santa Ana y El Conejar. Ellos nos han legado uno de los espacios culturales más antiguos de la Península Ibérica gracias a la huella de arte paleolítico que dejaron en la cueva de Maltravieso.

Tiempo después, los romanos fundaron entre los años 35 y 20 a d C Norba Caerarina, una de las cinco colonias de Lusitania. Crearon un conjunto defensivo organizado en el actual Baluarte de los Pozos y la Cisterna de San Roque, que permitía el acceso al agua a una cisterna situada en su base, que proveía de agua incluso en la época de mayor sequía. En la Cisterna de San Roque se pueden apreciar sillares romanos reutilizados, y podía almacenar hasta 130 m3 de agua. También llegaron a construir un specus o acueducto romano que discurre bajo tierra en las inmediaciones de la Ribera del Marco y la Ronda de San Francisco, y se han localizado Termas en el Palacio del Mayoralgo, que nos indican cómo los romanos usaban el agua y que nunca faltó en el subsuelo de Cáceres.

Pero fueron los musulmanes quienes aprovecharon el lugar estratégico para hacer frente a los cristianos. Ellos también dejaron su impronta en Hinz Qazris con sus aljibes en los palacios almohades (como el de las Veletas, uno de los mejores aljibes hispanomusulmanes conservados en la Península Ibérica). Servían de depósitos para almacenar agua potable procedente de la lluvia y se construían subterráneamente para evitar la contaminación.

Finalmente, y tras la conquista cristiana el 23 de abril de 1229 por Alfonso IX de León, la villa de Cáceres sufrió una considerable transformación arquitectónica y cultural, pero también aprovecharon el agua de El Calerizo y construyeron alrededor de la Ribera del Marco y en el Arroyo de Aguas Vivas, diversas fuentes públicas (ahora históricas) y lavaderos como Fuente Concejo (puedes ver más información sobre ella pulsando aquí), Fuente Fría, Fuente Rocha o de Curtidores, Fuente de Aguas Vivas o Fuente Barba, que proveían de agua para el consumo humano y el desarrollo de la actividad ganadera y agrícola, a toda una gran villa.

En definitiva, la geología del sinclinal y el afloramiento de agua de El Calerizo en la Charca del Marco han condicionado la historia, la antropología, la arqueología y el devenir de la vida misma de Cáceres.

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