PLANTAS SILVESTRES EN LOS MUROS Y EL ASFALTO DE CÁCERES

PLANTAS SILVESTRES EN LOS MUROS Y EL ASFALTO DE CÁCERES

Hoy queremos mostraros otra parte más del patrimonio natural de Cáceres. Se tratan de las hierbas o plantas silvestres que crecen en muchos lugares inhóspitos como en adoquines, tapias, muros de piedra, suelo, … que, además, debido al confinamiento y al estado de alarma en Cáceres, han crecido abriéndose paso y dejando estampas preciosas por la ciudad. Estas plantas reciben el nombre de casmofíticas o vegetación mural.

Aunque parezcan “mala hierba”, realmente forman parte de la biodiversidad urbana y son ecosistemas en miniatura. Hacen que nuestros muros estén vivos y parezcan jardines verticales, como los que podéis ver en la imagen.

Son vegetales con gran nivel de supervivencia porque pueden vivir en lugares con restricciones de agua, nutrientes y en rocas (necesitan establecer sus raíces en pequeñas fisuras). Muchas veces las arrancamos o pisamos y vuelven a crecer mucho más fuerte.

Si las dejáramos crecer y cambiáramos nuestra percepción sobre ellas, ayudarían contra la polución, filtrarían el agua y evitarían la erosión pluvial. Serían un elemento más del ecosistema urbano y se dejaría de ver como sinónimo de dejadez o descuido de la ciudad. De esta manera fomentaríamos que creciera más vegetación, nuestro asfalto luciría mucho más hermoso y tendríamos pequeños jardines en cualquier parte. En la ciudad de Nantes (Francia) desde 2011 se estableció un plan municipal de deshierbe, con especial hincapié en la aceras y los habitantes están habituados a estos jardines efímeros y no tiene la percepción de “mala hierba” o dejadez. Y en Segovia también se ha realizado un proyecto donde se han identificado 50 especies y les han puesto nombre en las calles.

En ellas se cobijan pájaros y también habitan insectos y larvas que ayudan a la polinización. Debemos e identificar algunas de las especies que podemos encontrar; de esta manera, si damos nombre a estas hierbas y plantas, además de conocer sus usos, se les puede dar vida y poner en valor. Por ello, vamos a algunas que hemos identificado en la ciudad:

  • Picardia o hierba de campanario (Cymbalaria muralis), tiene un método de propagación poco habitual en el que el tallo floral se mueve hacia la luz hasta ser fecundado, lo que facilita que las semillas caigan en el interior de las grietas de las rocas.
  • La amapola (Papaver rhoeas) es una planta que puede alcanzar hasta 50 cm de altura; sus flores, de color escarlata intenso, son muy delicadas y se marchitan rápidamente, por lo que no pueden usarse en adornos florales.
  • Parietaria judaica, es una planta originaria del Mediterráneo y, aunque se la considera maleza, sirve de hábitat a las larvas de las mariposas del género Vanessa.
  • Sisymbrium irio es una planta que destaca por sus pequeñas flores amarillas agrupadas en inflorescencias. Es conocida como quemón, matacandil o tafete y sus semillas se utilizan para comida para pájaros.
  • Sonchus tenerrimus, conocido comúnmente por borrajas o cerraja tierna, sus hojas son utilizadas en la gastronomía mediterránea y se usan especialmente en ensaladas, también destaca por su flor amarilla, que es un poco más grande que la del Sisymbrium irio.

Poco a poco iremos ampliando información sobre estas especies y otras que vayamos identificando, por lo que continúa pendiente de nuestros posts, tanto en Instagram como en nuestra Web.

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